¿Por qué volamos?

El otro día tuve una conversación con un amigo sobre la simulación de vuelo, sobre su comunidad, motivaciones y, en definitiva, sobre la pregunta «¿por qué?«. Lo cierto es que no alcanzaba a entender los motivos de un hobby tan minoritario, pues es, quizá, el género más cerrado y elitista de jugadores que existe. Sí, la primera premisa suele ser la aceptación de que tras cada piloto virtual se encuentra un piloto frustrado, aunque no son pocos los pilotos reales que usan estos programas para entrenamiento.

Afrontémoslo: aprender a volar en un simulador es caro y absolutamente absorbente. Hablamos de cientos de horas de práctica para dominar un avión en lo que se denominan «hard sims» como puedan ser Flight Simulator, Falcon 4 BMS o cualquiera de la saga DCS, por no hablar de los precios del hardware necesario, pues no solo es requisito un PC de gama media/alta sino que ha de venir acompañado de accesorios como pueden ser unos buenos mandos de vuelo, pedales y un sistema Track IR. En un cálculo rápido unos 500 € sin contar el ordenador. ¿Qué es, pues, lo que nos lleva a muchos a meter los pies en semejante cenagal? …Seguir leyendo +

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Shadow of the Colossus: Amor Verdadero

No voy a hablarles de Shadow of the Colossus como juego. Dejaré de lado el explicar cómo es más un juego de puzles que de acción y ni entraré a hablar de la magnificencia artística que lo envuelve. Lo cierto es que deseo hablar de las sensaciones que produce y, mucho ojo, que lo haré con cierto nivel de spoilers. Y digo sensaciones, porque es un juego que si por algo destaca es por ser capaz de transmitir cosas que otros juegos ni sueñan. Hablo de ese sentimiento constante de epicidad que acompaña al título. Sentimiento es la palabra, quédense con eso, porque en ello radica la base de todo en esta ocasión. …Seguir leyendo +


Age of Wushu: la otra cara de la moneda

Si hay algo que de verdad me hace gracia del mundo de los videojuegos es el hecho de que un juego es todo lo que el hype hace de él. Por desgracia, la mayoría de las veces, los que no consiguen ese bombo mediático pasan desapercibidos sean buenos o no. Y, muchas otras veces, aquellos que lo obtienen no son merecedores de él. La publicidad que genera nos obliga a pensar que el juego será irremediablemente magnífico, que nos dejará boquiabiertos, que será súper innovador, que no se ha visto nada igual anteriormente, que fijará un nuevo camino que seguir… Entonces, decides probarlo, con muchísima expectación, estás convencido de que vas a jugar a una de las Siete Maravillas del Mundo; y tras innumerables horas, en las que la estupefacción ha podido una y otra vez contigo, tienes dos posibles posturas que adoptar: asumir que eres un bicho raro con el gusto atrofiado –no puede ser que millones de personas estén equivocadas–, o ir en contra de lo que la prensa especializada y un gran número de jugadores opinan y admitir que el juego es una castaña. …Seguir leyendo +


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Puertas mágicas: a propósito del misterio en el videojuego

En 2010, cuando Perdidos se encontraba a punto de bajar la persiana tras seis temporadas de emocionantes aventuras pop e incontables saltos de tiburón, Damon Lindelof y Carlton Cuse avisaban que su folletín isleño no tenía ninguna intención de terminar con una larga lista de explicaciones, ni de señalar la salida del laberinto, ni ofrecer una revelación última que encerrara todos sus contradictorios hechos en un sistema cerrado y coherente. Muy al contrario, el último corte a negro dejó la mayor parte de las incógnitas suspendidas en el aire, y en esta ocasión ningún cliffhanger prometía futuras respuestas. El enfado monumental que despertó entre buena parte del público es bastante elocuente del riesgo que se corre al intentar dejar sobre la cabeza del espectador el enorme peso de un signo de interrogación gigante, pero, tal vez, en tiempos de fetichización de lo explícito y de privilegio del subrayado y la sobreexplicación, este sea el precio a pagar por defender los que Keats denominaría como capacidad negativa: cierto estado mental del hombre que le permite “ser en la incertidumbre, los misterios, las dudas, sin ninguna irritante búsqueda de razones y hechos”. …Seguir leyendo +


Diogenismo culpable

Creo que no soy el único con una lista de juegos pendientes capaz de asustar al más pintado. No dejo de comprar y comprar, aprovechando la oferta más nimia y justificando mis actos con un «ya lo jugaré más adelante«, autoengañándome pese a saber bien que «más adelante» habré comprado otros juegos que ocuparán ese espacio. Pero aunque, como decía al inicio de esta disertación, no soy el único, sí he notado en mí una actitud que agrava la situación y ha sido al verlo en terceros, y comentarlo con ellos, cuando he tomado verdadera conciencia de ello. Soy un comprador culpable.

Mi problema viene concretamente de los juegos retro para PC, y debo señalar con dedo acusador a la plataforma de descarga digital GOG (Good Old Games). Sí, soy aficionado a los títulos retro-PC, mucho, y sigo jugando cada vez que tengo oportunidad. Creo que por ello tengo una lista de juegos en GOG desmesurada y casi inabarcable aun viviendo tres vidas. Al margen del tiempo, el problema viene por la compra de muchos juegos que se que no voy a jugar porque soy consciente de que no tengo ya la paciencia, o ellos el encanto, de aquellos tiempos. Pero aun así corro a ponerlos en el carrito para hacer checkout en cuando los veo, antes de que mi cerebro se dé cuenta, aprovechando que mira para otro lado. …Seguir leyendo +

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Firaxis ¡Que ingenuos!

Últimamente estoy jugando una barbaridad a XCOM: Enemy Unknown, algo normal puesto que es uno de los juegos que más me divierten de esta generación. Aún con los montones de errores que veo en la versión PC (Que nunca dejaré de criticar), hace que me quede hasta altas horas de la mañana bajo la premisa de «Sólo una misión más» o «Aún tengo tiempo para un poco de gestión«. Y lo disfruto también a sabiendas de que mucho de su contenido da risa.

Gracias a sus referentes de la ciencia ficción añeja, como la aparición de los sectoides como la clásica representación del alienígena de Roswell, hace que uno no se tome muy en serio el contenido de su historia. Sus diálogos son muchas veces hilarantes: «¡Es una lluvia letal!» afirman algunos soldados que aprovechan un ataque enemigo para mostrar su lado más sensible y poético. De hecho, no en vano afirman en Mondo Píxel que este punto es digno de película mala, y con mucha razón.

Sin embargo no es lo único que me hace reír del juego. Hay varios puntos en la historia y las investigaciones de los enemigos que me hacen exclamar «¡Qué ingenuos éstos de Firaxis!«. Son elementos muy visibles si se ha iniciado alguna partida.

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La era de las referencias

No sé si es que soy muy joven o realmente sucede así pero parece que en los últimos años ha aumentado el número de análisis que destacan las referencias a la cultura popular en los diferentes videojuegos. Y normalmente lo veo como un comentario estándar de una de las virtudes de la obra. ¿Pero hasta qué punto es positivo? 

No conviene empezar a ser tremendistas, existen muy buenos ejemplos del uso de las referencias y de las circunstancias sociales actuales en favor de un título. Por poner dos ejemplos podría citar el disparatado mundo postapocalíptico de Fallout, y el de Sam & Max en manos de Telltale, aún más pasado de vueltas y con conexiones directas con nuestra realidad. Entre las dos hay un factor común, por supuesto. En ambas, aunque de diferente forma, se usan estas alusiones para fundamentar o dar relieve a la sátira de la sociedad en general, y al «American way of life» entre otros muchos aspectos concretos. …Seguir leyendo +


DayZ: reflexiones sobre lo zombi

Yo venía a hablar de DayZ. Tenía pensado escribir un poco contando su historia, tocar un poco por encima el siempre jugoso tema de los mods y alabar el trabajo de sus autores en un texto lleno de referencias a lo zombi. Pero no va a ser así. Y no va a ser así porque, en el momento de escribir estas líneas, estoy bajo los efectos de un ataque de ansiedad provocado por el propio juego.

Todo ha venido por una incursión a una ciudad con el fin de conseguir víveres, pues estaba hambriento y necesitaba comida. Decidí acercarme, desde el este, con el abrigo de una colina, para poder otear el terreno y localizar a todos los podridos posibles y así trazar mi ruta hacia las zonas donde pudiera haber alimentos. Todo iba bien. Me arrastré entre los edificios, esquivando muertos vivientes, hasta un supermercado. Desde la esquina pude ver que había comida y me decidí a cruzar la calle. Y en ese punto es donde todo se fue a la mierda. …Seguir leyendo +

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Historia de una historia de amor

Martes. Vengo de un fin de semana entero en RetroMadrid, de dar una clase a futuros desarrolladores, de no tocar más juego que un matamarcianos de manual como es Syder Arcade, y aquí me tenéis escribiendo unas notas sobre amor y otros desvaríos.

Del evento madrileño daremos cobertura en otro momento. Pero es la clase que di el viernes, antes de salir hacia Madrid, el detonante de todo este texto. Entre otros temas, durante mi charla traté cuestiones sobre la unión entre arte, comunicación y videojuegos. Para acompañar a mi explicación, me pidieron que pusiera unos cuantos ejemplos variados. Y así fue como uno de los juegos que salió a la palestra fue Bumpy Road, de los suecos Simogo. …Seguir leyendo +

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Max Payne 3: Honor, plomo y noir

Jugar Max Payne 3 ha sido como salir de copas con un viejo amigo, de esos que no ves desde la universidad o el instituto, veinte años después. Y claro, el tiempo no pasa en balde y ese amigo ha cambiado. La edad, la familia, el trabajo… la vida, vaya; y se nota. Todo eso se nota.
Viejas sensaciones perdidas y recordadas, un torrente de anécdotas. La noche se torna un intercambio de momentos del pasado, entre brindis de complicidad y suspiros por tiempos pasados. La comparación con el tiempo pretérito es evidente y en este caso no es menor. …Seguir leyendo +

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Sony enseñó el terror

Que Sony no enseñara la máquina, que no diera precio, que no especificara prestaciones no tiene importancia. Ni que sea o no sea un PC; es su negocio: espacio habrá para todo, allá ellos con su estrategia. Ni siquiera el tema de la retrocompatibilidad: huelga decir que esto lleva pasando desde el principio de los tiempos. La importancia está en lo que sí enseñó. Dejando al margen algo como Knack, que unas buenas risas nos proporcionó a los que vimos el streaming “latino” (latino: ese concepto desvirtuado), Sony enseñó al mundo que quiere que el futuro pase por criar más y más tarados hiperconectados, más attention whores que vayan por ahí desplegando su muy particular sabiduría de expertos en todo y en todo momento. Una pesadilla que ha conseguido que la ya de por sí delirante teoría de los quince minutos de fama sea algo en lo que ojalá nos hubiéramos quedado. …Seguir leyendo +

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