Escribo este texto para deciros que os odio profundamente. No, no me refiero a vosotros, mis bienamados lectores, sino a la prensa del videojuego en general, y a la hispana en particular. Aunque la nota de Dragon Age en general es buena (y por cierto, las notas en España son un poco de risa), la impresión tras leer vuestros análisis no era tan buena. Pese a esta percepción, me compré el juego (edición coleccionista) pero como quería pasarme antes la saga Baldur’s Gate (cosa que no he hecho) no lo jugué con seriedad hasta principio de año.
Y lo siento, pero hasta donde he jugado (más de 40 horas, el mayor número de horas que he jugado en el mismo juego en bastante tiempo) me ha parecido un juegazo. Sobresaliente, espectacular, enorme, inmenso, tremendo.Y todo eso en un grado tan alto que a pesar de no habérmelo acabado en el momento de escribir estas letras, siento que este producto ya ha cumplido con su cometido (lo que aprovecharé sin duda para jugar a Yakuza 4 en vez de a Dragon Age 2, pues tenía la cuestión bien arraigada). Al mismo nivel que otros juegazos de Bioware, la actual reina del rol (aunque habrá quien prefiera a Bethesda o vaya usted a saber qué compañía japonesa), y que ha parido desde su nacimiento los excepcionales Baldur’s Gate, Caballeros de la Antigua República, Mass Effect o Jade Empire, entre otros.
Y es que siempre que he leído una crítica de este juego ha sido algo así como «es la leche pero». NO. No hay pero que valga. Es la leche. Tan «la leche» como pueda ser Thunderforce IV en el género de los matamarcianos o The King of Fighters 97 en el de los juegos de lucha. …Seguir leyendo +