Playstationgate, hackers y tartas para todos

Durante el presente año hemos podido observar como multitud de compañías eran atacadas de una manera brutal donde más le duele, no hablamos de sus servidores, hablamos de la confianza que sus usuarios inquebrantablemente depositaron sobre ellas a lo largo de los años.

Una confianza depositada en forma de datos personales, en algunos casos completamente necesarios pero delicados, como por ejemplo nuestras tarjetas de crédito o direcciones físicas. En otras ocasiones se nos pedían datos como nuestros gustos, la cantidad de productos de la propia compañía que poseíamos, o todo tipo de bizarras ideas más propias de un cuestionario de la revista Quore (póngase aquí Superpop o sucedáneos si se prefiere) que de una empresa seria.

Además de inscribirte puedes invitar a tu único amigo

Tu perfil es necesario, decían. Ante tales peticiones, cual anuncio de Aperture Science, siempre se nos vendía una supuesta seguridad e inocencia en todo el proceso. No importa cuales fuesen los datos, tu querida amiga multinacional siempre velará celosamente de tus datos y jamás se los facilitará a ningún extraño.

Mass Effect, Geths

Ahora, Sony, Nintendo, Sega, Epic Games, Codemasters, Square-Enix, Bethesda, Minecraft, CCP (Eve Online), Bioware y muchas otras han caído bajo los ataques de grupos de hackers. En algunos casos, como el de Sony, estos ataques ocurrieron por la supuesta vulneración de los derechos de los usuarios. Decisiones propias de la compañía que, cuestionables o no, debilitaron su imagen. Los ataques a estos servidores hacían posibles fraudes electrónicos a lo largo y ancho de todo el mundo. Llegados a este punto ya no importa de quien sea la culpa porque los datos han sido expuestos, robados o no, solo se puede recuperar cierta certeza sobre su paradero cuando hayan suplantado de nuevo una identidad.

Y esta situación no es nueva. Pese a que algunos ataques similares fueron perpetrados hace años el mercado de la venta digital no pareció resentirse. Los registros en nuevos servicios, diseminando nuestros datos por doquier, tampoco.

Aunque no lo sepa, usted ya compró la tarta…

Sony como entidad no parece arrepentida de los eventos que le llevaron a esta situación, asume que todo lo que hizo era lícito y bienintencionado. Tampoco cree que deba acarrear con totalidad la posible culpa, ha decido quitarse de encima la sospecha de negligencia. Otros como Nintendo parecen opinar igual. Incluso empieza a verse como un lujo innecesario advertir a los usuarios a tiempo de que sus datos pueden estar pululando por la red. Y mientras tanto, yo me pregunto como esperan defenderse de una posible demanda por parte de los usuarios, tal vez si se trata de una persona puedan arreglárselas cómodamente (ganando o perdiendo), pero y si fuese una ¿demanda conjunta?

Portal 2 y su tartaMientras llegan las demandas, o no, el temor a un posible castigo real con la ausencia de ventas y la pérdida de confianza hizo que Sony realizara su jugada: junto con el paquete Wellcome Back (destinado a compensar con juegos a los usuarios) las sufridas disculpas del presidente de la compañía durante el E3 parece que surtieron efecto. Sony logró aplacar a las huestes de usuarios que clamaban por la pérdida. Pero, la lista de empresas que han sucumbido crece día a día ¿Qué hará Bioware? ¿Y Square-Enix o Codemasters? ¿también regalarán juegos? ¿realmente el regalo de un juego es suficiente?

…ahora estamos negociando el precio

En un mundo en el que todos intercambian su intimidad a cambio de servicios, en el que se confeccionan perfiles con la intimidad, y en el que algunos se lucran con esos perfiles ¿acaso un juego no sería suficiente retribución? Me gustaría pensar que no, me gustaría hacerlo aunque las cifras digan lo contrario, me gustaría ver como los servicios que demuestran ser inseguros caen por la ausencia de compras, querría que las redes inseguras perdieran usuarios por el boca a boca en las redes sociales (si, esas que también malversan cual bancos con nuestros datos), me gustaría creer que la ley jugaría el mismo papel que si nosotros dejásemos de pagarles cuotas de servicios, me gustaría… pero no puedo.

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