Las cien habitaciones

Hay una cosa clara en la rivalidad entre los dispositivos portátiles mayoritarios, y es que Apple gana por goleada en cuestión de juegos. Personalmente, no me importa tanto el que gane (cosa que por otro lado es lógica: sus restricciones y controles tan típicos implican más pago por software y menos pirateo) como que haya tan pocos ejemplos de juegos que saquen partido de los aparatos Android potentes, y ante todo que no haya prácticamente ningún tipo de juegos de aventura. Por eso de vez en cuando echo un ojo al Market de Google (perdón, Google Play) y busco novedades, y en una de estas me crucé con 100 Rooms.

Al intentar encontrar información sobre este juego uno se topa con datos contradictorios y confusos. No queda muy claro cuándo empezó a desarrollarse, ni cuál fue el juego original entre la multitud de descargas similares que aparecen en el catálogo (100 Doors, 100 Floors, 100 Gates…), pero sin duda es el mejor acabado de todos. Aunque para disfrutar de 100 Rooms hay que estar bastante predispuesto y perdonar algunos fallos.

Este juego presenta un reto: escapar de todas las habitaciones que se nos presentan. Tenemos una pantalla para toquetear, un inventario y todo el tiempo del mundo. Y si bien los primeros niveles son fáciles, de encontrar las llaves, la tarea se complica enormemente en cuanto llevamos unas cuantas habitaciones, ya que las puertas piden combinaciones de números, o necesitan que determinados objetos de la habitación se “toquen” en un orden específico para que se abran. ¿Cómo sabremos ese orden o esas combinaciones? Pues si conocéis ese hito del software llamado Myst (o cualquiera de los múltiples juegos inspirados en él) os haréis una idea: examinar todos los objetos mirando pistas, relacionar escritos con otros, descifrar papeles y toquetear todos, absolutamente todos los puntos del escenario.

¿Resulta divertido? Pues la mayor parte del tiempo, sí. Resolver un enigma es toda una recompensa, y lograr abrir una puerta descifrando la lógica del diseñador del juego conlleva una sensación de triunfo y amor propio similar a cuando te sale por primera vez el bacalao al pil pil. Pero hay partes desesperantes, porque ¿qué fallos puede tener una aventura en primera persona? Efectivamente: pixel hunting y pistas obtusas. Y en determinados niveles el pixel hunting llega a niveles exagerados, ya que 100 Rooms no muestra, nunca, dónde debes pulsar, haciendo que conviertas la pantalla del móvil en un collage de huellas dactilares. Las pistas, por otro lado, son, más que obtusas, tramposas: la habitación de los cuadros tiene al menos 10 interpretaciones posibles, y alguna otra solución, como la habitación de las frutas, parece casi un diseñador riéndose de todos nosotros.

Aún así es un juego gratuito que se actualiza cada poco tiempo, y gráficamente tiene un aspecto bastante mejor que el de juegos similares. Quizá 100 Rooms es más una muestra de lo que podría dar de sí una aventura en primera persona tipo “pasapuzles” que un juego completo en sí mismo, pero al precio de cero euros no se puede pedir más, teniendo en cuenta que no he experimentado ninguna salida al escritorio Android ni ningún cuelgue extraño. Sin duda, un juego recomendable, aunque sea por ser de los pocos que cubre un tipo de mecánica extrañamente aislada en los dispositivos Android.

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