Paperbound

Si bien los primeros años de vida de PlayStation 4 están resultando ser bastante frugales en cuanto a títulos AAA se refiere, rara es la semana en la que no obtenemos un nuevo título indie para el nuevo sistema de Sony. En esta ocasión hablaremos de Paperbound, un título de Dissident Logic que explota un tipo de juego que parece abocado a la extinción en nuestros días: el multijugador offline.

Paperbound es un juego bastante único en apariencia que nos propone peleas de todos contra todos o por equipos en un mundo 2D para hasta cuatro jugadores en la misma consola, pudiendo rellenar los huecos con inteligencia artificial si fuera necesario. Resulta tentador asemejar el juego a Super Smash Bros, pero lamentablemente, nos bastarán cinco minutos con él para desechar la idea.

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El juego en sí es sencillo. En primer lugar, escogeremos a nuestro luchador entre una selección de más de 10 luchadores que incluyen apariciones estelares de protagonistas de otros juegos tales como Juan de Guacamelee, y a continuación, seleccionaremos un mundo bidimensional de entre los disponibles en las cinco colecciones de libros que forman el “mundo” de juego. Una vez comience la partida, nuestro objetivo será lanzarnos contra nuestros amigos y acabar con ellos de un solo toque antes de que ellos lo hagan con nosotros. Sí, el juego posee algo de variedad, por ejemplo, permitiéndonos lanzar tijeras para acabar con nuestros enemigos, y el hecho de que el juego de lucha no se rija por las reglas de un plataformas tradicional por debajo, moviéndonos siempre alrededor de la superficie sobre la que estemos y cambiando los saltos por “cambios” en la gravedad. Pese a todo ello, tardaremos poco en probar todo lo que Paperbound nos ofrece y comprobar que, realmente, no es tan único como parece.

El título es realmente rápido, frenético, ideal para tentar a aquellos amigos de poca paciencia, a partirnos un diente con el mando cuando le quitemos la victoria, y que por suerte resulta ser bastante divertido. Si bien el estilo en sí del juego no variará mucho, podremos escoger entre cuatro modos de juego, los cuales a su vez pueden jugarse en solitario o por equipos. Por un lado tendremos el modo competitivo clásico, en el que bastará con obtener la mayor puntuación para ganar, le sigue viva el rey, en el que todos los jugadores tendrán que ir a por el mismo rival, captura la pluma, una especie de captura la bandera y sovreviviente. Sí. Aparte de mal traducido, escrito con uve, este modo dará la victoria al jugador que sobreviva al resto.

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No obstante, el título de Dissident Logic sufre varios problemas de diversa importancia. El primero y más importante es la dificultad de su control y la escasa facilidad que nos ofrece para encontrarnos. El mundo de juego como tal es una imagen estática, con eventuales trampas y componentes móviles, y nuestros personajes se moverán por él, pero de una manera muy particular, ya que siempre se moverán con los pies pegados a la superficie sobre la que estén posados en ese momento. Da igual que sea un círculo, que nos pongamos boca abajo o hagamos un looping, nuestro personaje no se separará del suelo, o del techo. Si pulsamos el botón de salto, cambiaremos la gravedad, saliendo disparados en dirección contraria de donde estemos. Si bien este esquema de control parece innovador e interesante, se hace muy raro a la hora de manejarlo, ya que no tendremos un sistema de control relativo a la posición del personaje, sino uno absoluto. Supongamos que estamos en un nivel totalmente redondo, y nuestro personaje se encuentra en la parte inferior. Pulsando izquierda o derecha nos moveremos… hasta cierto punto. Llegará el momento en el que habremos subido tanto de la pendiente que esa izquierda o derecha simplemente nos dejará en nuestro hueco, teniendo que pulsar arriba o abajo para continuar moviéndonos hacia lo que para nuestra cabeza sería la izquierda o la derecha. Tremendamente confuso. Los saltos tan solo lo complican, ya que podemos toparnos con un corpúsculo enano en mitad del escenario y quedarnos dando vueltas como tontos mientras el resto nos acribilla. Y todo esto teniendo en cuenta que nuestro personaje será apenas del tamaño de un icono del móvil de GTA5, algo tremendamente difícil de seguir en un entorno tan colorido y dinámico como el de Paperbound.

Las otras grandes pegas del juego residen en su nula historia, la falta de modo multijugador online (lo que a efectos prácticos, desaconseja la compra a todos los que vayan a jugar solos) o la falta de alicientes para continuar jugando. No hay personajes que desbloquear, ni niveles, o leaderboards… es un juego creado para poner cuando estás en casa con unos amigos (máximo 3) y pasar un ratillo.

En resumidas cuentas, Paperbound pretende ser un Smash Bros de baratillo, con estrellas invitadas indie. Pero a la hora de la verdad, se queda en un juego de plataformas extraño, con un control no demasiado intuitivo, con personajes variados pero que se manejan exactamente igual, y que solo disfrutaremos en compañía de amigos en nuestro propio salón. Siendo sinceros, el juego solo tiene sentido cuando quedéis con un par de amigos y haya alcohol de por medio, o no tengáis nada mejor que hacer. El resto de vosotros encontraréis muchas mejores opciones en cualquier otro juego.

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