Desmenuzando Clippox Exodus, de la empresa Gametopia Games

Ya habéis conocido a Jesús. Y yo os tengo que presentar a su hijo. No quiero ser especialmente crítico, pero si realista. Y no es de recibo los análisis que ha recibido este juego por parte de la prensa española. Son este tipo de análisis los que hacen que ésta pierda su función, y su credibilidad.

Porque es cierto que Clippox Exodus es un juego realizado con pocos medios y mucho esfuerzo. Es cierto que tiene encanto, que su historia es agradable, sus personajes entrañables, y que les acabas cogiendo cariño. Es cierto que si obvias sus problemas de control, y determinados bugs (algunos de ellos ya resueltos, como el que afectaba a las partidas guardadas), acabas adentrándote en su universo, y ves una coherencia argumental, incluso un pensar más allá de lo que podemos ver.

Así, Clippox Exodus es un juego de plataformas donde manejamos al Chamán de los Clippox, unas criaturas bastante graciosas que son como bolas de pelo marrones. Nuestro Chamán tiene ciertos poderes, empezando por el rayo (mata al enemigo más cercano), siguiendo por el hielo (congela a todos los enemigos que hay en pantalla), siguiendo por la vida (recupera toda la vida de Clippox) y finalmente una sorpresa que no vamos a desvelar aquí. Para emplear estos poderes hay que gastar magia, que se consigue cogiendo bolas amarillas (también hay bolas verdes que recuperan la vida. Curiosamente, empezamos el juego con la vida bastante baja). Nuestro Chamán también puede atacar con su bastón, hacer un escudo anti «casi todo», y saltar.

Con esto, se enfrenta a la búsqueda de un lugar donde pueda vivir su tribu tras la destrucción del árbol que los protege. Saldrá del hogar y poco a poco se enfrentará a peligros más grandes, aunque mientras tanto aprenderá las diferentes habilidades que hemos comentado antes (sólo empiezas con el rayo), y hallará nuevos amigos.

A nivel técnico tiene ciertos altibajos. La banda sonora es bastante buena (y está disponible para su descarga gratuita), pero no así los efectos de sonido. El arte está bien hecho, pero al ponerlo en el juego queda muy plano, lo que se contrapone con el esfuerzo que se ha hecho en diferenciar los diferentes enemigos: cada uno tiene su patrón, su modus operandi, o incluso su comportamiento cuando no están atacándonos. Sin embargo, cuesta meterse en el juego porque al inicio no ves exactamente cómo funciona el avance (personalmente, como yo si sufrí el bug de guardado de partida al inicio, iba completamente desorientado), así, hasta que no acabas el primer «mundo», no consideras que has completado un recorrido a pesar de haber hecho varias pantallas.

El problema de Clippox Exodus es que, con todo el cariño del mundo, es un mal producto. Un juego caro (para el espacio de la Apple Store) que se controla mal (y eso que han cambiado el control para hacerlo más accesible), algo especialmente notorio en iPhone pero que también pasa en iPad. No serán pocas las veces que con la combinación de teclas correcta no sucede lo que esperas. Algo que, sin duda, viene en parte de ser controlado con una pantalla táctil, donde las teclas virtuales son… virtuales, y no un botón físico que tiene dos estados (pulsado o no).

Si entendemos Clippox Exodus como el primer juego de un equipo de desarrollo novel, es apreciable. Pero por desgracia, está en la misma liga que otros juegos realizados por equipos de desarrollo que han hecho muy bien su trabajo, e incluso se permite el lujo de ser más caro. Por todo ello, no podemos recomendar su compra por encima de otros proyectos del estilo, a pesar de que sea uno de los títulos en los que más cariño, e inocencia, se haya puesto de todos ellos. Pero si sois pacientes, y queréis descubrir un proyecto con encanto, podéis adentraros en esta historia de personajes entrañables en mundos mágicos.

  1. De todo se aprende. A seguir haciendo más y ganando experiencia!

    Me alegro de que se analicen las cosas igual ya sean de aquí que de allí. Y me ha parecido muy bien lo de hacer la entrevista.

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