Mad TV

Nuestro habitual viaje espacio-temporal nos lleva en esta ocasión a tierras alemanas, un país que no destaca especialmente a nivel internacional en el desarrollo de software de entretenimiento pero que, como no podía ser de otra forma, cuenta con sus propias perlas en el mundo del videojuego. El juego que hoy nos ocupa debería ser de uso obligatorio para estudiantes de Comunicación Audiovisual. Se trata de un título de gestión en el que manejamos los entresijos de la emisión diaria en una cadena de televisión: Mad TV.

La compañía Rainbow Arts ya era una veterana en el mundo de los videojuegos, pero su principal actividad hacia 1991 habían sido las conversiones de títulos de éxito a ordenadores personales, tanto de 8 como 16 bits; de hecho, no tuvieron ninguna producción propia relevante a nivel internacional hasta Mad TV. El concepto de juego fue ideado y dirigido por Ralph Stock que, gracias a este trabajo, se convirtió en uno de los creadores de videojuegos más reputados del país germano. Además de ocuparse del desarrollo, la propia Rainbow Arts se encargó de la distribución y, probablemente por esta circunstancia, su lanzamiento se vio limitado a países europeos a lo largo de 1991, tanto para PC como para Commodore Amiga.

Mad TV nos introduce en los trapicheos de un canal de televisión, y lo hace por la puerta grande: una cadena prácticamente en ruinas contrata a nuestro avatar para que intente salvarla expandiendo su señal por todo el país. A pesar de que su dueño nos cede una cantidad de dinero para hacernos cargo de la gestión de la emisora, no resulta una tarea fácil; entramos en la lucha de las audiencias con otras dos cadenas de televisión, que también han contratado a sus propios gerentes y les han encomendado la misma misión.

Tras el pretexto inicial el título no tarda en sorprender y el primer aspecto en el que lo hace es en su interfaz, que se aleja de los clásicos sistemas de menús o iconos de otros juegos de gestión. El mundo de la televisión está representado por un rascacielos, cuyo interior vemos gracias a un corte al más puro estilo «13, Rue del Percebe». Cada una de las habitaciones representa uno de los departamentos clásicos del mundo audiovisual, como producciones propias, agencia de publicidad o noticiero, entre otros muchas. Podemos desplazar a nuestro personaje protagonista entre las distintas habitaciones, y ya que el edificio tendrá tanto habitaciones propias de nuestra emisora como elementos comunes para las tres cadenas incluso nos acabamos topando con los gerentes de la competencia.

La principal fuente de ingresos es la publicidad, por lo que es esencial conseguir buenas audiencias para sacar el máximo rédito. Visitando la agencia de publicidad hallaremos distintas ofertas de anunciantes que indican el número de anuncios por semana, el mínimo de audiencia y el tipo de programa para poder conseguir cobrar por dicho anuncio. Los inicios son duros: apenas tenemos dinero así que tendremos que ir comprando programas que ya están realizados por productoras, que nos cobrarán dependiendo del interés del programa, es decir, una película de estreno será más cara y generará más audiencia que un documental. Un sistema duro pero coherente.

Cuando se rellenen un poco las maltrechas arcas nos será posible crear nuestros propios programas, que pueden ser más interesantes pero tienen un gran gasto inicial de tiempo y dinero: contratación de personal, alquiler de estudio, grabación o edición. Por último, tendremos que ocuparnos de los servicios informativos, ya que unos noticiarios de calidad darán otro empujón necesario a los niveles de audiencia; lamentablemente, será necesario ir cerrando tratos con las agencias de noticias.

Llegados a este punto ya hemos hecho realizado un montón de trabajo pero aún queda lo más importante: comenzar las emisiones. Una vez tengamos contratados o producidos los distintos programas, hay que encajarlos en la parrilla de cada día, asociando cada programa a un horario y a los anuncios que se emitirán en el corte publicitario correspondiente. Al comenzar las emisiones debemos fijarnos en la parte inferior de la pantalla donde encontraremos la representación desde dos perspectivas, por un lado veremos el programa que se está emitiendo y, por otro, rompiendo la cuarta pared, el salón de una casa para observar el tipo de audiencia que está viendo el programa en ese momento (joven, anciano, ama de casa…) y la reacción que le está provocando el programa. No hace falta decir que si tu audiencia se queda dormida no es muy buena señal.

Para crear un reto adicional, Mad TV incluye el personaje de Betty, una famosa y bella presentadora a la que habremos de enamorar para convencerla de que participe en alguno de nuestros programas. Si queremos ganarnos su corazón habremos de poner en la parrilla programas que sean de su gusto, algo que puede llegar a ser contraproducente: a veces, los gustos de Betty no coinciden con los de la audiencia. Además, cobra importancia el obtener un premio, un Sammy concretamente, organizado por la propia Betty, que nos anunciará los requisitos para conseguirlo.

El aspecto gráfico está bastante trabajado si tenemos en cuenta el género al que pertenece, e incluso muestra grandes dosis de humor por parte de sus creadores, lo que mejora especialmente la experiencia de juego. Otro aspecto interesante es la localización: el juego fue traducido a los diferentes idiomas de las zonas donde se vendió, de manera que puede encontrarse la correspondiente versión en castellano. Que las películas que aparecen en el juego sean filmes reales de la historia del cine, como La Guerra de las Galaxias, Doctor Zhivago o Indiana Jones, mejora aún más la experiencia porque la relaciona con nuestra propia cultura popular. Tras el éxito del juego en toda Europa, Rainbow Arts lanzó una secuela en 1996 que recuperaba el mismo concepto, pero con mejoras técnicas. Esta entrega no tuvo el éxito de su predecesora, por lo que su distribución se limitó únicamente a Alemania. Sin embargo, buena muestra del interés que suscita la saga son los diversos proyectos de traducción que han surgido en diferentes países.

Mad TV consigue mezclar con maestría la profundidad de un completo videojuego de gestión y una interfaz atractiva para un amplio abanico de público. Posteriormente se han lanzado otros juegos de corte similar, pero ni han alcanzado el éxito de Mad TV ni han contado con su originalidad. De hecho, mirando atrás resulta imprescindible darle una oportunidad y probar a ponerse en el papel de Valerio Lazarov.

  1. El Mud Tv habría que probarlo, pero me da a mí que se pasa en «grandilocuencia». Mad TV tenía un equilibrio perfecto entre prfundidad y divesión

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