Max Brooks ficha por Telltale Games y lleva consigo la extensa obra de su padre

Por Author Raúl García Luna el 28 de diciembre de 2013.

Max Brooks, hijo del prolífico Mel Brooks, trabajó al comienzo del presente siglo como guionista en el mítico programa televisivo de humor estadounidense Saturday Night Live, hizo apariciones menores en algunas películas y es el autor de dos libros con buenas ventas y de temática zombi: Zombi – Guía de supervivencia y Guerra Mundial Z: Una historia oral de la Guerra Zombi, recientemente adaptada de manera libre por la productora de Brad Pitt. Por lo que, repasando su carrera, podemos afirmar sin ninguna duda que se encuentra siguiendo la estela de su padre. Aunque Max ha dado un paso importante que jamás dio su progenitor: adentrarse en el mundo del videojuego. Hoy se ha hecho público a través de la página web de Telltale Games un acuerdo multimillonario de colaboración total entre el escritor y la empresa.

Por su parte, Telltale Games, que nació con la intención de revitalizar el mundo de la aventura gráfica, lleva varios años alejándose de su idea principal y acercándose, cada vez más, a productos encuadrados en el género de la videoaventura o el drama interactivo. De hecho, esta nueva actividad de la compañía ha resultado ser terriblemente lucrativa, suponemos que en parte gracias a las franquicias utilizadas como base. Películas como Jurassic Park o Regreso al Futuro o la serie The Walking Dead tienen su réplica jugable gracias a Telltale, aunque en algunos casos con una interactividad limitada para evitar el escape de los jugadores menos habituados a tocar un PC o un mando con pérfidas intenciones.

A la reciente licencia de los derechos la serie Juego de Tronos y de la saga Borderlands por parte de Telltale hay que sumar la nueva posibilidad de usar la obra de Max Brooks y todas las producciones cuyos derechos gestiona, es decir, el extenso legado de su padre (aún vivo). Este importante acuerdo permitirá a la empresa de Dan Connors recrear el divertido mundo de Spaceballs (La loca historia de las galaxias), El jovencito Frankenstein o Las locas, locas aventuras de Robin Hood (Men in Tights). Sin embargo, en la nota de prensa se indican claramente cuáles serán los dos primeros proyectos fruto de esta inusual unión: Soy o no soy (To Be or Not to Be) y Sillas de montar calientes (Blazing Saddles). Además, Brooks hijo comenzará a trabajar como guionista en las siguientes temporadas del videojuego de The Walking Dead, dada su demostrada experiencia en el mundo zombi, mientras prepara una franquicia totalmente nueva.

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Respecto a las dos nuevos títulos, podemos adelantaros que ambas películas son las obras más duras y críticas de la filmografía del autor. Blazing Saddles es una comedia satírica que parodia y ridiculiza todos los clichés del género western, guillotinando a su paso parte del Hollywood de la década de los setenta del siglo pasado. Una película, centrada en la vida de un Sheriff afroamericano en un pueblo del lejano oeste durante 1874, que olvida cualquier atisbo de lo políticamente correcto y no teme hacer uso de cualquier cliché cultural, cinematográfico, sexual o racial para hacer reír. A su lado aparecerá Soy o no soy, la adaptación del remake del mismo nombre interpretada y producida por Brooks. Se trata de una comedia acerca de un mediocre actor y su mujer en Varsovia. Mientras realizan una representación teatral en la que entretienen a las tropas polacas parodiando a Hitler, el espectáculo se ve interrumpido por la Segunda Guerra mundial por lo que, al borde de la ocupación nazi, inventan un disparatado plan de huida cuyo éxito depende de sus habilidades para el disfraz y la actuación. Como extra en este último juego se incorporará una revisión del clásico videoclip de Brooks padre titulado Hitler Rap, incluido en la banda sonora del filme pero no en la propia película.

Sin lugar a dudas, se trata de un giro sorprendente en la trayectoria profesional de Brooks hijo y del estudio Telltale, e incluso es posible que revierta el giro hacia lo comercial de la empresa. Aunque realizar obras con una carga crítica tan grande y sin respetar el censurador yugo de lo políticamente correcto, cada día más presente en el ambiente audiovisual, conlleva un riesgo. Si traicionan el espíritu y los diálogos de las obras para edulcorarlos, la extensa base de fans de Brooks padre e hijo podría sentirse estafada. Por otro lado, un enorme sector de la población objetivo podría considerar inaceptable el habitual uso de clichés raciales que realizan algunas de sus películas. En definitiva, esta noticia representa el próximo y valiente reto de Telltale, al que como mínimo resultará interesante prestar atención.

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