¿Reimaginación o refrito? Esa es la cuestión

Estamos en una época de pocas ideas originales, de retroalimentación. Aunque a veces algún genio nos demuestre lo contrario parece que todo ha sido inventado ya y el remake se ha convertido en una tónica habitual. Casi hemos llegado a un estadio de creatividad nulo, con multitud de recopilaciones y pasos a alta definición de sagas antiguas. Y con motivo del próximo estreno de la «reimaginación» de Desafío Total (de la que aun no sabemos cuanto de la obra de la obra del desigual maestro Verhoeven o de la de Philip K. Dick ha sobrevivido), surgen las siempre supurantes voces discordantes. Que si blasfemia, que si va a ser nauseabunda, que si para eso mejor no hacer nada. Está en la naturaleza humana la cerrazón, la no aceptación de las innovaciones y el fanatismo, y en el mundo del videojuego alcanza cotas inimaginables.Podría citar varios ejemplos en nuestra industria, como lo sucedido con Monkey Island que hace tiempo vio remozadas (me encanta esta palabra) sus dos primeras entregas y con ello revitalizada, si es que era necesario por la inmensa fama de la que goza, su vitalidad como aventura gráfica de referencia. Se mejoro el aspecto sonoro, y gráfico a niveles muy altos, a pesar de que hubiese elementos con los que podrías estar menos de acuerdo, como el rediseño del personaje principal. Ademas ofrecía la posibilidad de ver la versión original con solo pulsar un botón del mando.

Otro caso ilustre es el de Resident Evil, que fue ampliado y potenciado gráficamente para la consola de 128 bits de Nintendo, Gamecube. Fue una reinvención del clásico juego de Playstation, con nuevos elementos jugables y que funcionaba a la perfección. Y no vi a nadie rasgarse las vestiduras.

Y no es un fenómeno tan actual, realmente tiene ejemplos muy anteriores en el tiempo: recordemos Super Mario All Stars, que le daba nuevo colorido (literalmente) a los juegos de Mario de la NES. Fue un titulo genial, recopilando lo mejor del fontanero en 2D para sobremesa hasta ese momento.

A veces está bien coger ideas de antaño y darles una vuelta de tuerca, una nueva visión, haciendo cosas que quizá anteriormente por limitaciones técnicas y de diseño no fueron posibles. Es simple y clara evolución, algo que nos acompaña desde el principio de los tiempos. Todas estas reformulaciones fueron criticadas en mayor o menor medida, algo propio de una actitud destructiva y absurda.  El inmovilismo y anclaje en el pasado no sirven de nada y denota falta de salud mental.

Podría seguir citando ejemplos y al final la conclusión sería la misma: Si bien es cierto que navegamos en un mar de falta de originalidad y reiteración que solo busca sacarnos los cuartos una y otra vez, seamos un poco mas abiertos de mente ante la próxima reinterpretación de un juego y esperemos a ver el resultado final. Quizá nos den una sorpresa agradable y de paso no tendremos que tragarnos nuestras palabras.

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