Argumentos nos sobran

Una de las grandes pérdidas de la humanidad fue la de todos aquellos documentos y libros que la biblioteca de Alejandría guardaba. La historia cuenta que fueron todos quemados y convertidos en cenizas, de hecho vivo enamorado de esta magnifica historia desde que la vi en «El nombre de la rosa» – con un soberbio Sean Conery – pero no quiero hablar de películas, todo llegará.

La pena es que tras un libro siempre hay un buen argumento, otra cosa muy diferente es que este libro te llegue o te aporte algo diferente, pero queda claro que es un acceso a la cultura bastante placentero. Y aunque muchos libros son temáticos y carecen de una linea argumental clara, las bibliotecas y librerías están llenas de historias que maravillan a más de uno.

Es por ello que cuando uno se propone jugar a un videojuego, necesita casi por obligación que se dé un paso más allá ya que el salvar a la princesa es una excusa demasiado manida. No todo es el salvar a la humanidad, ni desentrañar quien es el culpable en una trama, basta ya de presentar conflictos bélicos o simplemente de infiltrarnos en organizaciones del mal.

Las cosas bien llevadas pueden llegar a sorprender y, a veces, dándole una vuelta de tuerca podemos llegar a vivir otras experiencias. Insisto, quiero ser el malo de la historia, o el personaje secundario que acompaña al héroe pero que resulta decisivo para que la trama llegue a buen puerto. Necesito sentirme algo diferente al protagonista, ¿por qué no la princesa? Mientras nuestro aventurero se rompe la crisma para buscar a su amada, ¿por qué ella no intenta escapar del maldito castillo?

No hay nada peor que querer quedarse con un simple y llano hilo argumental. La interacción de los personajes es algo que hace posible crear vínculos con algo más que nosotros mismos, como sucede en ICO, Enslaved o Majin and the Forsaken Kingdom – juego que ahora mismo degusto. Pero la trama sigue siendo la misma, salvar a alguien o al mundo. ¿Por qué no engañarlo para matarlo? Los RPG eran, o son, idóneos para estas situaciones. Un malo como Kefka, un tipo capaz de ser malo por el puro placer de ver sufrir, o Joker, el cual amenaza constantemente la supuesta cordura de Batman.

Estamos acostumbrados, de hecho nos gusta, que todo sea cerrado. Y desde hace mucho odio los happy end, no hay más. La vida es cruda, cruel y muchos se mueren intentando superar situaciones traumáticas, enfermedades terribles o por estar en el lugar incorrecto.

Romper con las normas, no siendo transgresor, simplemente buscando mostrar situaciones diferentes. Hacer que el jugador se cuestione sus actos, que cada paso que uno da sea un duda constante. Terror psicológico o simplemente coger un buen libro y buscar aquel personaje idóneo para crear un videojuego.

Aunque por concepto los plataformas son ir a buscar algo o salvar a alguien siempre se puede intentar hacer como Braid. El problema radica en que al final nos acabamos aburriendo de todo, de los juegos de disparos, de los plataformas, de los RPG o incluso de aquellos juegos que abusan de los puzzles. Por ello, buscando los motivos he concluido que la repetición de argumentos y la acumulación de experiencias que todos vamos obteniendo hace acabemos hartos.

Como resultado empezamos a buscar ansiosos algo que nos llene, algo que recuerde más al pasado y que haga que la sensación de disfrute retorne. Volver a la edad donde daba igual el juego que caía en nuestras manos. Lo jugábamos y luego valorábamos, ahora no, ya que si el juego no engancha lo apartamos sin miramientos.

La solución, no la sé y aunque a veces me planteo dejar de jugar durante un tiempo, como lo oyen, también sopeso el retornar a títulos más largos, pero con un argumento depurado: disfrutar de Terranigma, Vagrant Story, Chrono Trigger o incluso de mi estimado Final Fantasy VI, algo que haga que vuelva a tener fe en encontrar algo diferente.

La otra opción es volver a los libros con fuerza, y centrarse en aprender, en memorizar, en buscar composiciones que me hagan vibrar. Evadirse con letras y dejar los videojuegos para algo diferente, para disfrutar sin tener que pensar, para llenar la mente de píxeles muertos que estimulen las cansadas neuronas asumiendo que la trama argumental murió detrás de los barrotes de nuestra amada princesa.

Nota: El presente texto ha sido cedido por su autor expresamente para su redistribución en la presente página.

  1. Interesante punto de vista. Aunque no siempre hace falta un buen guion para un buen videojuego, y a lo mejor ahi radica el tema. No hace falta un escritor para hacer un pro, un street fighter o un ikaruga.

    Pero bueno, supongo que todo será cuestion de tiempo. A ver los seres venidos de otros medios que nos traen, como Del Toro.

  2. La verdad es que yo suelo hacer siempre dos distinciones. Los videojuegos «a la» peli de cine, que son como pelis con su argumento y tal pero en que juegas con el prota recorriendo la historia y los videojuegos basados en la jugabilidad (aunque puedan tener una pizca de historia).

    Porque el tetris pues no necesita historia. Los juegos tipo peli suelen no tener gracia si quitas la parte peliculera, los otros si pones los gráficos en ascii se suelen mantener divertidos XD

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