Desde su creación los videojuegos han llevado puesto el sambenito de no ser más que un entretenimiento superfluo para niños, un juguete como la Nancy, el triciclo o el perrito piloto. Si bien es verdad que los medios de comunicación han hecho siempre campaña para convertirlos en algo adulto, comparándolos en adicción con la cocaína, considerándolos fábricas de terroristas y viveros de dementes varios, el mensaje no ha acabado de calar en la población.
Y es que las puñeteras compañías de videojuegos, con Nintendo a la cabeza, se han empeñado en hacer juegos y consolas con pinta infantil. Maldita sea ¿cómo le hablas a alguien de las posibilidades del videojuego como forma de expresión moderna mientras juegas con una N64 edición Pikachu?
De todas formas ya hace mucho tiempo que la mayor parte de las empresas se dieron cuenta de que el mercado del videojuego está más allá de los 25 años. No por la posibilidad de expandir los videojuegos hacia campos inexplorados con argumentos más ricos y complejos, no seamos pardillos por favor, si no porque los adultos tienen dinero. Money, pasta, dinero-cash, billetes, plástico, Microsoft Points… llámenlo como quieran pero el poder adquisitivo de un asalariado siempre sera superior al de un mocoso imberbe. Que glorioso día aquel en el que alguien dijo “¡los adultos son el futuro!” y todos se lanzaron de cabeza a por el bolsillo de sus nuevo objetivos.
Pero el plan perfecto tenía un problema. Un pequeño fallo sin importancia. Las consolas portátiles seguían siendo juguetes para niños. Sencillas y de precio asequible, las portátiles, que leches las Game Boy, fueron durante 15 años un creador de gamers en potencia. Estos sistemas al alcance de cualquiera permitían llevar el videojuego allá donde fueras y resultaban una herramienta perfecta para llamar la atención de la gente pero, y es un gran pero, no había manera de venderlos a alguien que no fuera un niño o un tipo duro de los que no nos dejamos intimidar por las miraditas hacia nuestra Game Boy color rosa. O así era hasta que otro iluminado tuvo la idea adecuada: «¡Más potencia, Scotty!»
La salida de la PSP en 2005 supone un punto de inflexión importante ya que con ella nace el concepto de portátil para jóvenes. La cosa ya no va solo de jugar, también hay vídeos, música, internet… además la consola no es robusta y funcional, como sus competidoras del pasado, si no una pequeña y delicada joya de diseño. Con esto sí que puedes salir a la calle y no con los trozos de plástico en colores cantosos que eran las Game Boy Advance. Cierto es que Nintendo, ama y señora en esto las consolas de bolsillo, decide jugar con otras armas e intenta atraer al público no habitual con juegos (consiguiéndolo para más inri) pero eso ya se ha acabado. La que era el último bastión de las cosas sencillas ha dado su brazo a torcer y al fin ha entendido de que va el futuro.
Tras años de anhelante espera al fin se dibuja en el horizonte el auténtico porvenir del juego móvil. 3DS y PSP2: dos aparatos carísimos, de escasa batería y cargados de opciones superfluas que vienen acompañados por los mismos juegos de siempre. Eso sí, molones a más no poder y listos para mojar bragas en la oficina (mira, como los móviles que tanto gustan al personal). Ahora ¿vamos a dejárselos a nuestros vástagos para que se entretengan en el coche, en el bus de la escuela o en el parque con los vecinos? ¿250€ o más en manos de un niño de diez años? Permitan que me ría. ¿Dónde jugaran los niños? ¿Qué regalarán las tías en comuniones, navidades y cumpleaños? ¿Los jugadores del futuro tendrán que conformarse con jugar en el salón a las consolas que vayamos desechando? Supongo que sí, aunque visto lo visto, mejor para ellos.
Un día cualquiera por al calle puedes ver a niños con PSP o NDS/DSI/XXL.
El problema no es donde jugarán, por q los padres, tías, abuelas… seguirán comprandolas.
El problema es si serán lo suficientemente responsables para apreciar su valor y cuidarlas como dios manda.
Saludos
«Más potencia, Scotty».
Sí, es justo lo que necesitamos. Máquinas con mejores gráficos y juegos caros que venderán cuatro unidades hasta que alguien las piratee. Mientras tanto, apple se queda con todo el mercado de videojuegos móviles con su iPhone/iTouch/iPad/iWhatever y juegos simples y entretenidos (Parece que nos hemos olvidado de los juegos entretenidos en detrimento de los juegos para fliparse) que cuestan, como muchísimo, 5 euros.
En fin, ya bajarán de precio las consolas. Aunque he visto niños a patadas con DS’s y PSP’s, y los precios no están tan lejos… todo es decirle al consumidor «esto es lo que hay», que ya pasará por el aro.
Y si no, al tiempo.
Muy Buen reportage.
la verdad si gumpei yokoi siguiera vivo esto no hubiera pazado de esta manera…
asi es:
como sea hubieramos llegado a este punto de avance tecnologico contra funcionalidad, pero con el tomando las riendas de portatiles de siguiente generación ni Nintendo, ni Bandai (wonder swan) NGP (snk) NGP (sony XD) ni Nokia (por citar algunas empresas y sus portatiles),serian lo que actual mente son…
aunque tampoco me imagino concreta mente otro giro en la evolución de las portátiles, alguien tiene que tomar las riendas de la Gran responsabilidad que tenia Gumpei como Gran Guru de las portátiles y llevarlas a un camino menos escabroso y homologado con los Gadgets tan de moda hoy en dia… dígase celulares, tabletas, lectores electrónicos y equipos de musica portátil … dios santo.
que va a suceder en esta siguiente guerra de portátiles?
quien sabe… pero sony y nintendo no solo se juegan un ficticio ‘trono’ si no tambien sentaran las bases para la siguiente generación, al fracasar estrepitosamente o triunfar como las Grandes…
que miedo.