Capcom, me la has colado

Querida Capcom,

Hace ya muchos años que nos conocemos y aún recuerdo aquella primera vez en la que cruzamos nuestras miradas. Tú te escondías al fondo de unos mugrientos recreativos y yo apenas tenía cinco duros en el bolsillo, pero no pude evitar dirigir mis manos hacia ti y dártelo todo. Entonces te hacías llamar Mad Gear y lo nuestro fue amor a primera partida. Ya nos habíamos visto en alguna ocasión, pero tu Street Fighter me resultaba feo y ramplón, tu Ghouls Ghost and Goblins me frustraba, tu 1942 era demasiado para mí. Nada de ti me atraía, pero aquella vez fue diferente. Durante quince intensos minutos batallamos en una rápida sucesión de saltos y adelantamientos con mi poderoso camión rojo abriéndose paso por tus inmaculadas carreteras. Fue fantástico.

Durante semanas volvimos a vernos casi a diario y cada vez intimamos un poco más hasta que un día desapareciste sustituida por una triste City Connection. De todas formas lo nuestro ya no tenía marcha atrás. Ghouls and Ghosts, Final Fight, Street Fighter II, Captain Commando… los 90 fueron años felices para nosotros pero tú nunca querías venir a mi casa. Yo tenía una Master System y tú siempre te negaste a visitarla. Preferías las consolas de Nintendo y las obsequiabas con Megaman, Duck Tales, Demon’s Crest y otras sagas a las que deseaba echar el guante, pero no me importó tu desdén. Yo sabía que, mientras pagara, tú y yo seguiríamos viéndonos en los oscuros recreativos, y así fue durante años, aunque todo idilio tiene su fin. Tú empezaste a jugar con escenarios pre-renderizados y a hacer refritos, yo dejé los arcades y me pasé al PC. Lo nuestro se enfrió, pero nunca olvidé aquel sucio rincón repleto de serrín donde te conocí.

Hasta el año pasado.

Yo había vuelto a las consolas y sabía que tú andabas por allí. Te vi en Dreamcast con tus mejores 2D y vestida para matar con Dead Rising, pero algo falló. No tenía tiempo para ti, había otras en mi vida y aquello no cuajó. Debió sentarte mal ya que durante un tiempo no volví a saber de ti hasta que un día te presentaste en mi casa en forma de Street Fighter IV. No hubo concesiones, volvimos a engancharnos como dos jóvenes en celo. Jugamos durante horas en una orgía de gritos, maldiciones y, por fin, sudoroso éxtasis. Lo nuestro volvía a funcionar y fui tuyo durante maratonianas sesiones de zombis en el centro comercial. Creí que esta vez iba a funcionar, al fin seriamos una pareja feliz. Cuando me dijiste que saldría Dead Rising 2 no pude más que ponerme a tus pies. Lo nuestro iba para largo, pero algo en mi cabeza me decía que era demasiado bonito para durar.

Durante meses reprimí esa vocecita y soñaba con el día en el que podríamos disfrutar plenamente de una aventura en Las Vegas. Me tragué mis principios y reservé el juego antes de que se lanzara, algo que sólo había hecho por mi padre (Sid Meier) y mi madre (SEGA). Entonces me dijiste que sacarías una pequeña aventura previa, algo para unir historias y que sería un regalo sólo para mí por haberte hecho caso con la primera entrega. Mi voz interior empezó a gritar pero la acallé a base de hostias y autoengaño. Pagué por tu lap-dance llamado Dead Rising 2: Case 0 y lo disfruté aún a sabiendas de que no era lo que me habías prometido. Entonces anunciaste un modo cooperativo descargable y algo se rompió en mi interior. La vocecita no paraba de gritar que me estabas engañando otra vez. Me hacías pagar por alquilarte. Yo te lo había dado todo y tú me traicionabas una vez más.

Eres una cualquiera, Capcom. Seguro que dentro de unos meses sacas una edición juego del año a mitad de precio y con todo lo que yo pagaré por separado. O una edición con más personajes y nuevos trajes de colores. Me la has vuelto a colar y ahora ya es demasiado tarde. Dicen que del amor al odio tan sólo hay un paso, así que espero que nuestra última partida sea legendaria.

PD: Te odio.

  1. ¡Qué grande! ¡Casi te he imaginado retozando con la xbox360 por el suelo! xD
    Y qué pena que se nos tome el pelo de esta manera. Tontos/as nosotros/as, que seguimos comprando y apoyando a las compañías que nos toman por imbéciles.
    ¡Ánimo!

    P.D.: Sucia y ramera Capcom…

  2. Vaya relación, de muchos altibajos y pocos pero intensos momentos felices. A ver si esta historia al final tiene su final feliz XD.

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