Midnight Nowhere, Medianoche en ningún lugar

La expectación

¿Hasta que punto se puede bombardear a una persona con un mismo recurso comercial antes de que sea inútil?, mejor, una población ¿Y lo más importante, una vez el usuario se ha inmunizado a esos estímulos o a los "anuncios" o palabras, que puede hacerse?

Tras la última GDC (Game Developers Conference) de San Francisco y el común bombardeo informativo, habitualmente vacuo, me asaltaron una serie de dudas sobre los medios de comunicación y el uso que hacen las empresas de los mismos.

La hora de la herramienta

Es lógico usar un recurso o herramienta mientras parezca funcional. Sin embargo, el uso desmedido de cualquier recurso o herramienta puede conducir al desastre: aunque pueda parecer lo contrario amigos de la publicidad agresiva cada herramienta tiene un número finito de momentos o de lugares en los que puede funcionar correctamente.

Tal vez los más jóvenes, puede que incluso los desmemoriados, no recuerden la época en la que lanzar una nueva copia del juego de plataformas de moda era una apuesta segura, apenas había que nombrar ciertos elementos de un juego para que todo el mundo se hiciese eco, si venían de una compañía grande mejor. A día de hoy, tal como podemos observar leyendo cualquier publicación se podría decir lo mismo de los juegos de acción. De esta obviedad deriva la siguiente pregunta.

¿Hasta qué punto se puede bombardear a una persona con un mismo recurso publicitario antes de que se vuelva inútil?

Para entenderlo mejor usemos un caso práctico, ¿En qué momento dejaron de ser buenos los juegos de plataformas? Es una pregunta con una respuesta sencilla. Nunca dejaron de ser buenos y mucho menos de gustar. Aunque eventualmente resurja el género fuera de las máquinas de menor potencia con nuevos juegos, la triste realidad es que casi se ha extinguido, la oferta y la expectación generada por cada título sobrepasaron la demanda por parte del público hace mucho tiempo.

Podríamos pensar que es un hecho puntual, pero sería un error. Es más fácil valorar un cliché, parezca atractivo o no, que un producto que no conozcamos por ser innovador, distinto, por lo tanto la tendencia lleva a abusar del cliché o del género de moda para obtener una valoración o una primera impresión positiva. Pero ante un inevitable agotamiento del público la lógica de evitar cualquier obstáculo nos conduce de nuevo a abandonar lo viejo para abusar de una falsa novedad, algo que a priori pueda atraer más al público pero que no deja de ser un efecto con fecha de caducidad. No es de extrañar, la industria del videojuego, como cualquier ente vivo, siempre tiende hacía el camino con menores obstáculos.

Entonces ¿tiene sentido cuestionarse cuando ocurrirá ese éxodo? Parece que  nadie se preocupa de ello salvo para evitar ser el último en subirse al carro y estrellarse a mitad de camino. Vivimos en un mundo donde el tiempo es oro, la máxima es acabar cuanto antes cualquier tarea para pasar a la siguiente, aunque esto implique un peor resultado. Esta mecánica que podríamos llamar de “comida rápida” se ha impuesto también en los medios de comunicación.

Pensemos a lo grande, ¿qué hay de la prensa?

Los publicistas saben que deben conseguir el máximo efecto con el mínimo esfuerzo, es importante usar palabras clave para referenciar nuestros recuerdos o sentimientos. La prensa, digital o no, tiende a escribir al peso escuetos artículos de consumo fácil utilizando a menudo esta argucia.

No son nuevos los estudios que revelan que los humanos podemos ignorar los espacios o lugares en los que aparece la publicidad en un periódico o página de forma automática. Tampoco es una revelación para nadie decir que muchos desconectan su mente de la realidad para pensar en cualquier otra cosa durante un espacio publicitario audiovisual. Esta forma de actuar completamente lícita por parte de la prensa fomenta la situación que los publicistas crean a sabiendas, una muerte anunciada de los elementos que anuncian. ¿Alguien dijo obsolescencia planeada?

La única salida, huir hacía delante

La ya mencionada desmesura con la que se usan los «anuncios» o las palabras («épico», «sangriento», «marines», «GotY», etc) hace habitual ver como el usuario se ha inmunizado a esos estímulos. Pero hay algo que no debemos olvidar: esto es un negocio y por tanto para cualquier empresa siempre resultará más “seguro” seguir la moda, arriesgándose al olvido o la mediocridad, que lanzar un producto novedoso que no encaje del todo en el mercado. Por la misma razón, diez notas de prensa con un breve comentario de un párrafo generaran más ingresos en la mayoría de los casos que el presente artículo.

Poderoso caballero es don dinero, tanto que podemos ver como tomando por bandera palabras como “novedad” o “innovación” para hablar de la enésima encarnación de la saga de moda los medios de comunicación clavan una estaca más en el ataúd de dos palabras que no deberían quemarse, dos palabras deseables, aun cuando no vengan acompañando a un producto que nos llame la atención a nosotros en concreto.

La primera dosis es gratis…

Cualquier publicación que pretenda ser popular y rentable debe atender a las modas, pero en conciencia no deberían menospreciar las novedades o innovaciones reales. Mucho menos sucumbir a la vorágine informativa de productos genéricos. Si no existen innovaciones, señores, no intenten venderlas como tal, no creen artificialmente o por saturación de información irrelevante expectación sobre un título. No se vendan tan barato ¡Oh, perdón! tal vez no son baratos. Incluso es posible que no puedan hacerlo de otro modo, por especular, no sería raro que lo prohibiera su religión.

¿Cuántos son los títulos que tras recibir una campaña de marketing “brutal” se han estrellado? Castiguen los productos aburridos, ataquen la publicidad engañosa, no es necesario obviar su existencia o no darles cobertura, pero procuren ser claros en las supuestas innovaciones. Ya que muchos se empeñan en no dar una crítica y ser una mera guía de compras, por favor, al menos den explicaciones sinceras. ¿Qué necesidad real existe de comprar la enésima iteración de un producto, software o hardware, si no varía en nada? Al menos explíquenlo.

  1. El problema es cuando el propio cliente se cree las mentiras de la publicidad y sigue su camino. No hay más que ver la decena de blogs que repiten con orgullo «el juego es épico, será el GOTY del año, meterse en la piel del marine es la leche», todo eso sin sacar una conclusión propia del producto marcado por los grandes medios publicitarios.

    Pero es lo que tiene cuando un Crepúsculo sale a la venta y los vampiros se ponen de moda, que nadie se acuerda del Lestat de Anne Rice pero sin embargo defienden con uñas y dientes la relación amorosa entre vampiro/humano/hombre lobo.

  2. Es la triste realidad, la gente no quiere pensar, no quiere buscar, quiere todo mascadito, incluso lo que deberían ser sus propias conclusiones les han de ser servidas en bandeja y claro, siempre habrá quien vea negocio en abusar de la gente de mente pobre (o más habitualmente vaga).

    Respecto al tema de los GotY (JODA por estas tierras), me preocupa muy mucho que en la mayoría de páginas haya decenas candidatos que se vendan seguros y no hablo de blogs poco serios precisamente. Puedo entender que exista cierta diversidad de opiniones en una «redacción», pero no acabo de entender que un mismo redactor de por GOTY casi cada maldito juego que salga. De hecho, ni siquiera veo bien que se hable del «juego del año» refiriéndose a un título de marzo, por poner un ejemplo…

  3. Lo malo es cuando tu propia opinión basada en tu experiencia coincide en mayor o menor medida con la de los medios vendidos, consiguen desacreditar a cualquiera que de verdad haya disfrutado con el producto.

  4. La diferencia entre esas personas que se venden y los que creen en un producto es que los segundos tienden como mínimo a intentar venderlo mediante sus virtudes, virtudes en cierta medida tangibles o visibles.

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