Las Notas, la herramienta proscrita

Debido a la controversia que provoca esta pequeña herramienta en el ámbito en el que nos encontramos, y que nosotros hemos decidido no usarla, creemos conveniente dar una pequeña aclaración a nuestros lectores.

Debido a la controversia que provoca esta pequeña herramienta en el ámbito en el que nos encontramos, y que nosotros hemos decidido no usarla, creemos conveniente dar una pequeña aclaración a nuestros lectores.

Desde Videoshock opinamos que las notas son una herramienta útil, que son capaces de ayudar a cuantificar la calidad de un título o sus características, que pueden dar una visión clara de nuestro juicio en un tiempo insignificante y de un modo eficaz.

Sin embargo, debido a nuestra propia condición humana, por naturaleza somos incapaces de ser realmente objetivos en nuestros juicios. Las diversas escalas de valores, tanto en nuestra redacción como entre los lectores, no serán ni por asomo iguales, dificultando posiblemente su comprensión. El mero hecho de hablar de una puntuación sobre un número concreto de puntos no es suficiente.

Es sabido que algunas publicaciones jamás valoran por debajo de algunas notas, de modo que su escala de puntuación es manifiestamente fraudulenta. En otras ocasiones, se producen terribles escándalos debido a supuestas compras de la valoración de un autor por parte de alguna compañía; en esos casos suelen existir cambios evidentes en los criterios de puntuación.

¿Cómo establecer sin notas una relación de confianza con el lector?

Nuestra visión es la siguiente: después de sopesar nuestras opciones elegimos deliberadamente obviar las notas en nuestras críticas, no por considerarlas herramientas inútiles, sino porque simplemente preferimos y escogemos daros los hechos tal cual los percibimos para finalizar con una crítica subjetiva, diferenciando en lo máximo posible ambas e intentando que no afecte a la claridad del texto.

  1. Me parece una excelente decisión, y me gustaría aconsejaros que recurriéseis al final de los análisis a una enumeración de lo mejor y lo peor del juego, a modo de resumen.

  2. Tanto una nota como un resumen son demasiado breves para poder valorar un producto, tal vez los puntos positivos y negativos sean algo mas concretos que las notas pero posiblemente sean insuficientes.

    A mi parecer, la mejor forma de conocer la valoración de un juego debe ser leer el análisis completo.

  3. También se puede dejar una valoración menos cualitativa, en términos de estrellas o similar
    Unas conclusiones de puntos fuertes y débiles siempre está bien para los que tengan poco tiempo. E incluso si algo es muy malo y no tiene puntos a favor, dejarlo en blanco
    Una frase final concisa con una idea clara sobre lo que es finalmente el juego, también contribuye

    Esto es, para mi lo óptimo y muy completo
    -Análisis completo, para los que tengan tiempo
    El modo resumen final: puntos a favor y puntos en contra, una frase de dos líneas con la idea principal del juego, y la posibilidad de dar valoración no en forma de nota, sino de puntos o estrellas

  4. Realmente no creo que exista demasiada diferencia entre las estrellas y las notas. Puedes ver un ejemplo claro de como se venden las estrellas en las valoraciones cinematográficas por lo que nuestra decisión al respecto sigue siendo la misma.

    Respecto al resumen, en un principio tratamos de dar una conclusión en la que en ocasiones nos referimos a esos puntos, pero no creemos que sea imprescindible para la comprensión del texto enumerarlos ni facilitar hasta ese punto la lectura.

    En general la opinión de la redacción es la expresada por Blocker.

  5. Hace más o menos un año y medio, cuando reflexioné tras leer un artículo de Videojuegos y Sociedad sobre la crítica en los videojuegos, vi que eso de las notas numéricas resultaba ser una aberración a proscribir. Y desde entonces me he dicho: «¡Fuera las notas numéricas! ¡Si lo hacemos, por lo menos el lector estará obligado a leerse el análisis! ¡Tendrá que comprender el texto e inferir si un juego «tiene buena pinta o no» por sí mismo!». Me fijé, entonces, en que había muchas bitácoras de videojuegos que repetían la forma de analizar de las grandes revistas (¿quizás por vicio o costumbre? ¿una adaptación acrítica de los paradigmas tradicionales de la crítica videojugil?).

    Pensé también en las experiencias prácticas de mi vida: discusiones acaloradas en foros de videojuegos por las notas de EDGE (como sabrán, esta revista no le da demasiada importancia a las notas -aunque tiene sus evidentes sesgos, como el 9 al Halo 3-), notas muy elevadas e irreales (88 al Witch de la GBA en la Nintendo Acción -verídico-, 10 al GTA IV en muchos medios, 100 al Zelda Wind Waker en la Nintendo Acción, etcétera), argumentos torticeros de muchos fanboys (¡Mi consola tiene más títulos AAA! ¡El Pro Evolution es mejor que el FIFA! ¡Lo dice la revista! -verídico, eso me lo dijo un viejo compañero de clase-), guiarse demasiado por Metacritic, etcétera. Una gran tormenta de mierda es eso de las notas en los videojuegos. ¡Cómo pervierten continuamente la «perfección» en los videojuegos, ja!

    Y me dije, basándome en ese artículo de Videojuegos y Sociedad: «Veo que en el cine y la literatura no se utiliza tanto la nota numérica, espera… ¿eso significa que son medios mucho más maduros? ¿Que han asumido ya el contrasentido de medir algo subjetivo con objetivas y frías matemáticas? ¿Que la calidad de una obra de arte, a pesar de que puede tener numerosos criterios objetivos -cómo avanza y se resuelve la trama, por ejemplo-, a fin de cuentas, tiene un importante grado de subjetividad? Ah, esos análisis de los videojuegos. ¡Una guía de compras resulta ser en muchos casos! Además no suelen profundizar mucho en los detalles ocultos -como la crítica social implícita y explícita en muchos GTA, todo un lujo que empieza por el curioso manual que tienen todos los juegos de dicha saga-. Y cómo alientan los instintos irracionales de muchos usuarios, llevándoles a decir «xxxx juego es bueno porque tiene más de un 9 y chitón» (es tentador mirar la nota final y pensar: «¡ah, qué bien! ¡sé que ese nuevo juego de octubre es totalmente molón!»).»

    No tenía muchas experiencias empíricas que respaldasen la crítica sin notas (y poder confirmar, de paso, que esta idea me parece mucho mejor). Hasta que llegó octubre del 2008. Y en mis manos cayó el número 1 de Mondo Pixel. Me maravillé. Vi otra forma de analizar los videojuegos, ¡una forma mucho mejor! Cómo aprendía uno sobre urbanismo con el BioShock. Cómo el GTA IV podía ser una maravillosa recreación de la sociedad estadounidense. Cómo se podía profundizar en los detalles de un videojuego (¡si uno se fija en los escenarios de algunos sandbox, descubrirá todo un universo!). Desde entonces, definitivamente digo: NO A LAS NOTAS NUMÉRICAS. ¡A largar letras en las críticas para que las tengáis que leer y llegar a vuestras conclusiones, fanboys perezosos!

    Un saludo.

    PD: La cruenta discusión que se generó por un 7 que dio Edge a Killzone 2 en ElOtroLado.net. O el escándalo que destapó la revista alemana Computer Bild al desvelar que Ubisoft trató de comprar un análisis positivo del Assasin Creed 2 (la nota también iba incluida, aunque en este comunicado se entiende que era un «muy bueno»). Ambas historias, entre otras, me respaldan para oponerme a la necedad de las notas (un síntoma de la crítica inmadura).

  6. Yo tampoco soy partidario de las notas, escribí un tochazo al respecto en un blog en el que escribo y en esos pocos párrafos que has escrito salen bien resumidas algunas de mis ideas.

    PD: Independientemente de que concuerde con vuestras ideas, os he descubierto hace poco gracias al Blog de Manu, y la verdad es que me estáis gustando, sí señor :D. A seguir así!

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