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King Kong

Primer golpe. Si hacemos caso a la historia oficial, el germen de lo que, hasta el momento, es la última aparición en cines de King Kong, habría que situarlo en el interior-noche de una casa de Wellington a principio de los años setenta, donde la emisión del film original de Merian C. Cooper y Ernest B. Schoedsack en la televisión neozelandesa golpeó con la fuerza de varios autobuses de dos plantas el cerebro de un Peter Jackson de diez años que, en ese preciso instante, cartografiaría un mapa mental con el objetivo último de convertirse en director de cine y rehacer, en sus propios términos, la fábula del gorila gigante.

Segundo golpe. Treinta años más tarde, en un escenario muy parecido, otro relámpago cruzó la sala de estar de la familia Jackson para impactar de nuevo en la frente al director de Criaturas Celestiales: en solo cuatro días durante las navidades de 2004 completaba al alimón con su hijo pequeño el título francés de aventuras Beyond Good & Evil, una producción de escasa fortuna comercial pero de hondo calado entre todos aquellos que alguna vez lo probásemos y que, de alguna manera, suponía la actualización de una cierta tendencia del software francés (muy en la línea de Eric Chahi) inclinado por juegos levantados alrededor de historias muy compactas, de enfatizar las cualidades narrativas de la dirección artística, de la elegante apropiación de algunos recursos cinematográficos y de un intento por implicar al jugador no solo a través de la acción más inmediata, sino también valiéndose de recursos mucho más emotivos. …Seguir leyendo +

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