Sonic the Hedgehog

Me resulta increíble comprobar que a estas alturas de la vida no le hemos dedicado aún un artículo al primer juego del personaje más conocido de la empresa sita en Haneda. Y es que a pesar de que no es el primer juego que lo contiene (un poco forzado, ya que Gale Racer – Rad Mobile lo mostraba pocos meses antes en el parabrisas), el primer Sonic fue empleado en su momento para marcar distancias respecto a la competencia, y además para demostrar que Sega es capaz de hacer juegos domésticos tan buenos o mejores que cualquier otra empresa.

Si ahora estuviésemos en 1991 y tuviésemos que hablar del primer Sonic, el de Mega Drive, diríamos que es un juego con un aspecto fantástico, una banda sonora increíble, un diseño de niveles espectacular, y detalles hasta en las pantallas de inicio y final del juego. Pero estamos en 2016, así que es difícil hacer caso omiso a todo lo que ha supuesto este erizo para la empresa de los cielos azules, desde su fantástica explosión, sus excelentes continuaciones, hasta el devenir que ha experimentado en las 3d, con altos y bajos escandalosos, así como la partida de sus dos creadores más conocidos a otras empresas (Yuji Naka fundó Prope, y Naoto Oshima, junto a Yoji Ishii, fundó Arzest). ¿Os imagináis a Shigeru Miyamoto dejando Nintendo y fundando otra empresa? Pues esto es lo que pasó con los padres de Sonic.

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Centrándonos en el juego, Sonic the Hedgehog es un juego de plataformas canónico, en el que se adaptan soluciones conocidas o innovadoras con gran acierto para cada parte. Si comparamos con juegos de plataformas anteriores, podemos decir que es un poco «next gen», y no porque tenga un aspecto mejor o peor que los anteriores, sino porque sus soluciones son difíciles de ver con anterioridad a este juego.

Por ejemplo, el hecho de que Sonic cuando salte se convierta en una bola de pinchos que dañe a cualquier enemigo, es algo muy superior al salto encima de las cabezas de Mario, y a cualquier salto anterior. De esa manera nos podemos olvidar (salvo casos como que el enemigo vaya protegido por pinchos, o de disparos) de tener cuidado a la hora de atacar a los enemigos, sino que podemos lanzarnos a la aventura con un porcentaje mucho mayor que en el caso del juego del fontanero o derivados. Sí, recogemos anillos (en lugar de monedas), y con 100 nos dan una vida, pero estos anillos son también la energía de Sonic. Nos olvidamos de barras de vida o de tamaños, pues siempre que tengamos un anillo (y salvo que caigamos al vacío o trampas similares), Sonic puede sobrevivir a cualquier amenaza, y además puede recuperar un porcentaje generoso de anillos en proporción a los que porta.

Respecto a las fases, lo cierto es que este primer Sonic muestra una estructura, como poco, sorprendente. La primera fase es un verdadero regalo a los sentidos, un relajante paseo por verdes prados donde se pueden ver y poner a prueba todas las habilidades originales de Sonic. Como erizo superrápido que es puede alcanzar grandes distancias en un salto, ser capaz de realizar recorridos en forma de looping, o incluso destruir trozos más o menos ocultos de tierra. Hay diferentes caminos en el mismo nivel, de manera que es complicado conseguir todo lo que ocultan estas fases, así como hacerlo en un tiempo interesante. Hay una generosa colección de ítems, aunque lo cierto es que le falla un poco la variedad de posibilidades (Sonic nunca dispara, se monta en vehículos o realiza acciones diferentes de las básicas, pero una estrella de invencibilidad mezclada con unas zapatillas de ultrarapidez convierten una fase en un verdadero paseo – carrera – militar). Por si fuera poco, si estamos avispados entramos en un divertido nivel de bonus donde la jugabilidad es bastante diferente que el resto del juego, y que nos permite conseguir las deseadas esmeraldas para completar correctamente el juego.

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Pero esto cambia rápidamente en el resto de fases, siendo la segunda mucho más amenazadora, con una lava que moldea el nivel en múltiples ocasiones. Nos olvidamos del paseo, y tenemos que andar con cuidado para no vernos sorprendidos por lo que pueda formar el material caliente surgido de las profundidades de la tierra.

Más sorpresas tenemos en el tercer nivel, que si bien no es tan amenazador, si que oculta una sorpresa que se verá en posteriores juegos de Sonic: Sonic entra en una especie de máquina de pinball, donde es tratado como una pelota, con un montón de muelles y reboteadores que hacen que el avance sea … muy distinto. En ocasiones, incluso, puede quedar atrapado con mortales resultados. Una de las fases más conocidas de la saga, que ha llegado a tener juegos propios.

Amenazador, de nuevo, resulta el laberinto, pero por una condición diferente de lo esperado: Gran parte del recorrido se realiza bajo agua, y Sonic puede morir asfixiado, lo que se ve reflejado por una inquietante cuenta atrás. Esto se soluciona encontrando burbujas salvadoras, haciendo que la jugabilidad sea algo distinta, y de nuevo, sorprendente.

Las dos últimas fases hacen de recorrido final hacia el último enemigo, siendo zonas industrializadas o robóticas, y donde los diseñadores de niveles juegan con el usuario de mil maneras, como poniendo a unos robots que se auto destruyen en los lugares más molestos, y dando poco tiempo de reacción al jugador.

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Sobre esta versión de Mega Drive hay algo sorprendente, y es su mensaje ecologista y muy poco violento de Sonic. A la mayoría de enemigos (por no decir a todos), Sonic no los vence, sino que los libera, ya que el malvado Doctor Robotnik (que como sabemos ahora no muere al enfrentarse a Sonic una y otra vez) los ha convertido en robots. Es un mensaje que no se ve tan claro en el resto de versiones, y que sin duda alguna no se ve tan fácilmente en la actualidad.

Es conveniente, a la hora de juzgar a Sonic, no olvidar las excelentes versiones de 8 bits, porque a pesar de que pueden parecer versiones descafeinadas del clásico de Mega Drive, cuentan con un espíritu propio. Esto es debido a que la empresa desarrolladora es Ancient, los creadores de Streets of Rage, y el músico es el mismo (Yuzo Koshiro), habiendo creado melodías fantásticas como la del segundo mundo, exclusivo de esta versión (y con leves diferencias entre Game Gear y Master System), o el final del juego, en el que Yuzo Koshiro usa el mismo fantástico tema para los dos últimos mundos, en una composición que denota el estilo de uno de los mejores músicos de la historia de los videojuegos.

Puede que Sonic no sea mi juego favorito, ni mi personaje favorito de Sega, ni la versión en 3D para 3DS la que más extras aporta respecto al resto de juegos aparecidos en este sistema, pero que duda cabe que ayudó a moldear la rivalidad Sega – Nintendo, mejoró el género de los plataformas, y empezó el camino de una saga seguida por millones de personas desde 1991. Esto es algo al alcance de muy pocos juegos, y Sonic es uno de ellos.


Popils: The Blockbusting Challenge, injustamente desapercibido

De una forma bastante irónica, los jugadores que se consideran más duchos en el mundillo de los videojuegos y se autodenominan gamers -un término tan odioso como innecesario- en ocasiones desprecian el género del puzle por considerarlo algo ligero y más enfocado a un público esporádico. Sin embargo, esa afirmación no puede estar más lejos de la realidad, ya que este género es prácticamente tan viejo como los videojuegos en sí.

Desde aquel Heiankyo Alien que llegó a los salones recreativos en 1979, han sido infinidad de títulos los que han puesto a prueba nuestra inteligencia en vez de nuestra habilidad. Aunque los videojuegos de puzle han triunfado en toda plataforma que han pisado, haciendo algo de retrospectiva hay que reconocer que siempre se han funcionado mucho mejor en los dispositivos portátiles. La corta curva de aprendizaje -que no de dificultad-, la inmediatez y la posibilidad de realizar una partida de cinco minutos para pasar un par de niveles, los hacen en muchas ocasiones idóneos para todo tipo de consolas portátiles y, como se ha demostrado en los últimos años, smartphones, tablets y demás artilugios portátiles. …Seguir leyendo +

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Ganbare Gorby, ¡queridos camaradas!

De los momentos de paz del mundo occidental, sin duda uno de los más tensos fue el periodo de la Guerra Fría. Sin que llegara a haber un enfrentamiento directo, las amenazas veladas y los movimientos estratégicos entre Estados Unidos y la URSS probablemente nos tuvieron al borde de una Tercera Guerra Mundial en más ocasiones de las que somos conscientes. Esta tensión política se trasladó a todos los estratos de la sociedad, incluyendo los medios de comunicación y entretenimiento, de tal manera que llegaron a nuestros hogares infinidad de series y películas en las que los valientes norteamericanos salvaban al mundo de la amenaza soviet. Evidentemente, en el mundo de los videojuegos también hay ejemplos de esta visión sesgada y propagandística del enfrentamiento, como es el caso del mítico Green Beret.

Sin embargo, para nuestro artículo de hoy, nos vamos a ir al otro lado del Telón de Acero y revisaremos un videojuego con muchas menos pretensiones bélicas, pero con un protagonista muy especial: Mijaíl Gorbachov. Efectivamente, el último presidente de la URSS y uno de los personajes más conocidos e influyentes en su país fue protagonista de un videojuego. Desde el punto de vista político, Gorbachov destacó por su punto de vista aperturista dentro del gobierno comunista y esto le valió mayores simpatías en el exterior de la URSS —donde le concederían el Premio Nobel y el Príncipe de Asturias— que en su propio país, donde la progresiva caída del Bloque del Este, los problemas económicos internos, así como el enfrentamiento entre conservaduristas y reformistas, le llevaron a dimitir de su cargo poco antes de la disolución de la URSS. …Seguir leyendo +


Slider

Entrañable juego que mezcla acción con puzles, donde manejamos a una amorosa bola de pelo amarilla, que armada con su habilidad de disparar, tiene que devolver el color rosa a todas las baldosas posibles a lo largo de 99 fases. Para ello, sencillamente tiene que pasar por encima de ellos. Pero en el camino se encuentra con todo tipo de elementos, algunos que están para ayudarle (ítems que le dan mejor ataque, invisibilidad, vidas, …), y otros que están para evitar que realice su misión (desde enemigos que salen de generadores, hasta ítems negativos, pasando por baldosas que al pisarlas tienen efectos negativos para nosotros). Por suerte, el juego incorpora un sistema de guardado de partida gracias a palabras clave (bastante cortas), lo que hace que sea relativamente sencillo acabar completándolo. Gráficamente muy agradable, con un diseño de personajes muy tierno, y sonoramente muy animado, Slider es uno de esos juegos que, sin ser un clásico demasiado conocido, si que causa muy buena impresión a aquel que lo juega.

Entretenido, agradable y animado, es un juego ideal para todos los públicos.

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Super Monaco GP

Juego de carreras que toma su nombre por la prueba de la capital monegasca de la Fórmula 1, pero basado en una modificada temporada entre 1988 y 1989. En él, corremos todo el campeonato, teniendo lugar en 16 circuitos, desde Jacarepagua hasta Adelaida. Para ello, antes de correr cada etapa, podemos decidir cuáles son nuestras ruedas, motor, alerón y tipo de cambio de marchas. Ya metidos en faena, el juego es realmente duro, con giros que nos harán mover más la consola creyendo que así podremos tomarlos mejor, y muy espartano, con los gráficos y sonidos justos para simular una carrera de Fórmula 1.

Adictivo y entretenido, si consigues superar todas las trabas que te pone. …Seguir leyendo +

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