Insanely Twisted Shadow Planet

A veces no entiendo al medio, sus filias, fobias y demás gaitas. El año pasado, cuando se anunciaron los juegos que aparecerían en ese invento llamado Summer of Arcade para Xbox 360, uno de los que más me llamó la atención era Insanely Twisted Shadow Planet. Al final, entre mi proverbial falta de tiempo para jugar a los títulos que más me interesan, y el aviso entre colegas del sector de que el juego «no valía la pena«, lo dejé pasar.

Por suerte, parece que el juego y yo nos merecimos una segunda oportunidad con su salida en nuestros ordenadores. Y menos mal que ha sido así, porque mi intuición suele conocer mis gustos mejor que ningún experto de aquí o allá.

Este juego de larguísimo nombre aglutina varias de mis filias más poderosas: exploración, naves espaciales, innovación artística (sin pasarse), ambientación y… no demasiadas horas de juego (para quien las necesite hay modos multijugador muy entretenidos que son completamente distintos del modo historia). Así, en una historia sin narrador conocido manejamos a un alienígena cuyo planeta se ha visto corrompido por una invasión externa. A bordo de su platillo volante (inteligentísima decisión de diseño para que no quede extraño el disparar en 360 grados ni el cambiar de dirección sin necesitar un giro de la nave) se embarca en un viaje a las profundidades de su planeta para conseguir liberarlo de la invasión.

Pero lo que, al principio, pudiese parecer un sencillo juego de naves (alejado de la moda de llenar de balas la pantalla), se convierte en un juego de exploración en 2 dimensiones (apañados vais si esperáis que use esa maldita expresión) donde tenemos nuestro mapa, nuestras habilidades que tenemos que conseguir para seguir avanzando, y una gran cantidad de puzles que superar para conseguir llegar hasta nuestra meta. Por si éste sistema de juego no fuese suficientemente adictivo cuando vamos avanzando y consiguiendo nuestros objetivos, el juego es un despliegue visual como se recuerdan pocos. Y aquí es donde entra la figura de Michel Gagné, artista visual con un amplio registro, y que aquí anda desatado dando forma a planetas, especímenes, y otros ingenios de formas muy diversas, además de un montón de animaciones durante el juego. Sonoramente está a un nivel similar, con una banda sonora que acompaña magníficamente la acción, y que si lo jugamos de la manera correcta (sin distracciones externas) disfrutaremos notablemente.

Además, el juego tira de uso de físicas de una manera fantástica, lo que tiene su mérito pues las distintas habilidades o puzles en los que estas intervengan suelen tener que ver muy a menudo con las físicas. Así, al disparar (y manejar) un misil, este puede tocar las paredes sin explotar si lo hacemos correctamente, o al empujar un objeto con el gancho veremos como interacciona con otros, etcétera.

En resumen, a poco que tengáis unos gustos similares, u os atraigan estos temas, Insanely Twisted Shadow Planet se convertirá en un imprescindible, tanto para PC como para Xbox 360.

  1. Hacer login en la web de steam es mortal para mi 🙁 no se pq me cuesta tanto (supongo que porque lo uso poco). Me mola el juego a ver si consigo añadirlo a la wishlist

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